Parte del término municipal de El Tiemblo forma parte de la Reserva Natural del Valle de Iruelas, declarada ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).
En la misma se encuentra una importante colonia de buitres negros.En dicha reserva se encuentra El Castañar de El Tiemblo, magnífico bosque de castaños que cuenta con un conocido ejemplar centenario. Durante el otoño, con la caída de la hoja, es cuando más bonito se encuentra, acudiendo numerosos visitantes.
Al castañar de El Tiemblo es mejor disfrutarlo entre semana. Por tranquilidad y la soledad que te impregna . Al Tiemblo en otoño le pasa algo así como al Jerte en primavera, parece que no hubiera otro sitio en España donde asistir al espectáculo de la estación. Por su Floración o por su cambio de Color en las Hojas de los Castaños .
Tiemblo tiene justificación: aunque castañares hay muchos y castañares hermosos también, ninguno puede presumir como este de tener entre sus filas –de árboles, se entiende- a algunos de los seres vivos más viejos de toda la Península y allende los mares. Uno, en concreto, con nombre propio –El Abuelo- podría tener, según la ONG Bosques Sin Fronteras, entre 800 y 1.000 años. Sería, según ellos, uno de los cinco árboles más longevos de España y, desde luego, el de más edad en Castilla y León. Y lo dicen después de hacer un estudio en toda la Península para encontrar los 165 árboles más veteranos de nuestros bosques y plasmarlo en el libro “Árboles: leyendas vivas”. De la provincia de Ávila, además de El Abuelo, también aparecen el Pino Gordo, del Valle de Iruelas, el Pino del Aprisquillo, en La Adrada, el Fresno de Santa Leonor, en Cebreros y el Olmo de Santa Teresa, en Ávila, al que la grafiosis ya se llevó por delante.
Desde El Regajo arranca la ruta circular señalizada como PRC-AV 54 . La rampa por la que se inicia la senda hay que buscarla en la orilla opuesta a la que están situados los aparcamientos. Sus primeros metros discurren por el interior de un joven robledal en el que poco a poco va ganando presencia el castañar. Así, a unos diez minutos del inicio se alcanza el rellano bien arbolado de castaños en el que se sitúa el refugio de Majalavilla. La senda continúa ahora por la parte trasera del refugio, en ligero descenso. Es ahí, a la vista casi del refugio, donde se distingue la mole oscura y mastodóntica, del señor de los señores, El Abuelo de todos los bosques de Castilla y León. Sus medidas: 19 metros de altura y un perímetro de 12,50. El paseo continúa en ligero descenso hasta colocarse en paralelo al arroyo de la Yedra para acompañarlo durante el siguiente tramo. Así se alcanza, primero un puente de madera que da acceso a una zona recreativa y, un poco más allá, una zona despejada conocida como las Praderas de Garrido.
Desde ellas se inicia el regreso al punto de partida girando hacia la izquierda para enfilarse por un camino que corre al principio por un rebollar, más o menos paralelo al camino que trajimos pero por una cota superior. La ruta esta bien señalizada, no hay perdida.